Traducción: Giving up beef will reduce carbon footprint more than cars

Renunciar a la carne de vaca reduciría la huella de carbono más que dejar los coches, según los expertos.

Un estudio muestra que la carne roja empequeñece a otras por su impacto ambiental, ya que usa 28 veces más agua y 11 veces más tierra que la carne de cerdo o de pollo.

Damian Carrington
Lunes, 21 de julio de 2014
The Guardian

carne vacaLa producción de carne de vacuno resulta 5 veces más perjudicial para el cambio climático que la de cerdo o pollo.

El impacto medioambiental de la ternera empequeñece el de otras carnes, incluyendo el cerdo y el pollo, según releva un nuevo estudio, con un experto que dice que comer menos carne roja puede ser una mejor forma para que la gente disminuya sus emisiones de carbono, en lugar de renunciar a su coche.

El gran impacto de la producción de carne para el medio ambiente era conocido, pero el estudio muestra una nueva escala y alcance del daño, particularmente por las vacas. La popular carne roja requiere 28 veces más terreno que la producción de cerdo o pollo, 11 veces más agua y con un impacto más de 5 veces superior en lo relativo a emisiones de cambio climático. Cuando se compara con alimentos básicos como la patata, el trigo o el arroz, el impacto de la carne de vaca por caloría es aún más extremo, ya que requiere 160 veces más tierra y produce 11 veces más gases de efecto invernadero.

El sector primario es un importante motor del cambio climático, causando cerca del 15% del total de emisiones, la mitad de las cuales procede del ganado. Además, las enormes cantidades de grano y agua necesarios para la cría de ganado es una preocupación para los expertos, preocupaos por la alimentación de un extra de 2 mil millones de personas en 2050. Pero anteriores llamadas a la gente para que consumiera menos carne en aras a ayudar al medioambiente, o preservar las reservas de cereales, han sido extremadamente controvertidas.

«La gran historia es el dramático impacto que tiene la carne de vaca en comparación con las demás,» dijo el profesor Gidon Eshel, del Bard College en el estado de Nueva York, quien ha dirigo el estudio sobre el impacto de la carne de vacuno. Dijo que retirar los subsidios a la producción de carne sería la forma menos controvertida de reducir su consumo.

«Espero fervientemente que los gobiernos no se inmiscuyan en la dieta de la gente, pero al mismo tiempo hay muchas políticas gubernamentales que favorecen la dieta actual, en la que los animales tienen un papel muy destacado,» dijo. «Retirar las ayudas artificiales concedidas a la industria del ganado y la subida de los precios haría el resto. En este sentido, habría menos intervención estatal en la dieta de la gente, y no más.»

El equipo de Eshel ha analizado cuanta tierra, agua y fertilizantes nitrogenados serían necesarios para criar un ternero y lo comparó con lo requerido por aves de coral, carne de cerdo, huevos y productos lácteos. La carne de vaca tiene un impacto mucho mayor que todos los demás, porque como rumiantes, se alimentan de forma poco eficiente. «Sólo una pequeña fracción de lo consumido por el ganado llega a la sangre, de forma que la inmensa mayoría de la energía se pierde,» dijo Eshel. Alimentando ganado a base de grano en lugar de con hierba exacerba esta ineficiencia, aunque Eshel ha observado que incluso el ganado alimentado con pastos todavía tiene mayores huellas de carbono que otros productos de origen animal. La huella del cordero, raramente consumido en los EEUU, no se consideró en el estudio publicado en las Actas de la Revista de la Academia Nacional de Ciencias.

El profesor Tim Benton, de la Universidad de Leeds, dijo  que un nuevo trabajo esta basado en los datos nacionales de los EEUU, en lugar de en estudios a nivel de finca, y proporciona un mejor panorama de la situación. «Recoge todo el panorama,» dijo, añadiendo que el ganado es la clave de la sostenibilidad de la agricultura global.

«La mayor intervención que puede hacer la gente para reducir su huella de carbono no es abandonar los automóviles, sino reducir significativamente su consumo de carne roja,» dijo Benton. «Otro estudio reciente implica que la mayor intervención para liberar calorías que podrían ser usadas para alimentar a otras personas sería no usar grano para alimentar al ganado en los EEUU.» De todos modos, dijo, el tema es siempre controvertido: «abre una verdadera caja de Pandora.»

El profesor Mark Sutton, del Centro Ecológico e Hidrológico del Reino Unido, dijo: «Los gobiernos deberían considerar atentamente estos mensajes si quieren mejorar la eficiencia de la producción global y reducir los impactos para el medioambiente. Pero el mensaje para el consumir es todavía más fuerte. Es bueno para el medioambiente eliminar un excesivo consumo de carne, especialmente de vaca.»

También dijo: «Los EEUU y la UE están usando por igual gran parte de sus tierras en sistemas de crianza de ganado altamente ineficientes, mientras que las tierras de cultivo de gran calidad se utilizan para hacer crecer alimentos para los animales en lugar para alimentar a las personas.»

Por separado, un segundo estudio sobre los hábitos alimenticios de cientos de miles de personas en Inglaterra muestra que los amantes de la carne producen el doble de emisiones de efecto invernadero que aquellos con dietas vegetarianas.

El estudio sobre las dietas británicas fue dirigido por científicos de la universidad de Oxford que encontraron que las dietas ricas en carne -definidas por contener más de 100 gramos al día- significaban 7,2 kilogramos de dióxido de carbono. Por el contrario, los vegetarianos y aquellos que tenían dietas ricas en pescado causan cerca de 3,8 kilogramos de dióxido de carbono al día, mientras que los veganos tan sólo producen 2,9 kilogramos. El estudio analiza los alimentos ingeridos por 30.000 comedores de carne, 16.000 vegetarianos, 8.000 comedores de pescado y 2.000 veganos.

http://www.theguardian.com/environment/2014/jul/21/giving-up-beef-reduce-carbon-footprint-more-than-cars

Marvin Harris – La vaca sagrada

Los estudios de costos y rendimientos energéticos muestran, en contra de nuestras expectativas, que la India utiliza su ganado vacuno con mayor eficiencia que Estados Unidos. El doctor Odend’hal descubrió en el distrito de Singur, en Bengala Occidental, que la eficiencia energética bruta del ganado vacuno (definida como el total de calorías útiles producidas en un año dividido por el total de calorías consumidas durante el mismo período) era del 17 por 100. Esta cifra contrasta con la eficiencia energética bruta inferior al 4 por 100 del ganado de carne criado en los pastizales de Occidente. Como dice Odend’hal, la eficiencia relativamente alta del complejo ganadero indio no obedece a que los animales sean especialmente productivos, sino a que los hombres aprovechan con sumo cuidado sus productos: «Los aldeanos son muy utilitaristas y nada se desperdicia.»

El despilfarro es más bien una característica de la moderna agricultura mecanizada que de las economías campesinas tradicionales. Por ejemplo, mediante el nuevo sistema de producción automatizada de carne de vaca en Estados Unidos no sólo se desperdicia el estiércol del ganado, sino que se deja que contamine las aguas freáticas en extensas áreas y contribuya a la polución de ríos y lagos cercanos.

El nivel de vida superior que poseen las naciones industrializadas no es consecuencia de una mayor eficiencia productiva, sino de un aumento muy fuerte en la cantidad de energía disponible por persona. En 1970, Estados Unidos consumió el equivalente energético a 12 toneladas de carbón por habitante, mientras que la cifra correspondiente a la India era la quinta parte de una tonelada por habitante. La forma en que se consumió esta energía implica que cada persona despilfarra mucha más energía en Estados Unidos que en la India. Los automóviles y los aviones son más veloces que las carretas de bueyes, pero no utilizan la energía con mayor eficiencia. De hecho, el calor y el humo inútiles provocados durante un solo día de embotellamientos de tráfico en Estados Unidos es un despilfarro energético mayor que el de todas las vacas de la India durante todo el año. La comparación es incluso menos favorable si consideramos el hecho de que los automóviles atascados están quemando reservas insustituibles de petróleo para cuya acumulación la Tierra ha requerido decenas de millones de años. Si desean ver una verdadera vaca sagrada, salgan a la calle y observen el automóvil de la familia.

Marvin Harris – Vacas, cerdos, guerras y brujas.